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Letra: Homero Manzi.
Música: Antonio Sureda.
Hoy vuelves del recuerdo, madre mía,
envuelta en la penumbra del pasado,
trayendo la nostalgia de los días
que en horas de placer hube olvidado.
Y al ver que fue tu amor, tu amor perdido,
el único cariño sin engaño,
te llora más el corazón vencido
y busca en el olvido
tu palabra de perdón.
En el silencio triste
de mi fracaso,
resuenan tus canciones,
rondan tus pasos.
Y siento que retornas
pálida y buena,
para borrar las penas
de mi soledad.
Y en el milagro extraño
de ser tu niño,
revivo la presencia
de tu cariño.
Perfume de tu pelo,
luz de tus ojos,
calor de tu consuelo,
rumor de tu voz.
Vendrás, siempre vendrás,
a consolar mi mal
cuando mi cerrazón busque luz,
cuando mi corazón te nombre más.
Y sé que volverás
la mano en bendición,
trayendo tu perdón
en un beso de paz.
En su primera versión, ésta era la letra :
Hoy vuelven a mi mente, madre mía,
envueltos en nostalgias del pasado,
esos dulces momentos de alegría
que en aras de placer hube olvidado.
Y al ver que fue tu amor en mi camino
el único cariño sin engaño,
se agranda el mal que me causó el destino
cuando en la tarde aquella para siempre te lleva
Y en la piecita blanca
de mi pobreza
se junta tu recuerdo
con mi tristeza.
Y al ver que estoy tan solo,
madre del alma,
para buscar la calma
me pongo a rezar.
Recuerdo, madre amada,
cuando era niño
y gozaba de la dicha
de tu cariño.
Cuando estaba librado
de los dolores
que hoy marchitan las horas
de mi juventud.
Volvé, madre, volvé
a consolar mi mal.
Que sólo si tú vuelves podré
alejar mi dolor y mi pesar :
o si no desde allá
dame tu bendición,
tu santa bendición
con un beso de paz. |