Oro muerto

www.discepolintango.com.ar

Letra: Julio P. Navarrine
Música: Juan Raggi
Año: 1926

El conventillo luce su traje de etiqueta,
las paicas van llegando dispuestas a mostrar
que hay pilchas domingueras, que hay porte y hay silueta,
a los garabos guapos deseosos de tanguear.
La orquesta de repente música un tango fulo, 
la barra se desangra buscando en el montón
la princesa rosa de ensortijado rulo
que espera a su Romeo como una bendición.

El dueño de la casa
atiende a las visitas,
los pibes del convento
gritan en derredor
jugando a la rayuela,
al rango, a la bolita,
mientras un gringo curda
la va de payador.

El fuelle melodioso termina un tango papa,
una pebeta hermosa saca con devoción
un ramo de violetas que pone en la solapa
del garabito guapo dueño de su ilusión.
Termina la milonga, las minas retrecheras
salen con sus bacanes henchidas de emoción,
llevando de esperanzas un cielo en sus ojeras
y un mundo de cariño dentro del corazón.


 


Volver