- Año: 1931
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Vengan a ver...
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El bailongo se formó
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en su ley
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a la luz de un gran farol
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medieval.
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Todo el barrio se volcó
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en aquel
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caserón, bajo el parral
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a bailar,
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y al quejarse el bandoneón
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se escuchó
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tristes las notas de un tango
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que nos hablaba de amor,
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de mujer, de traición,
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de milongas manchadas de sangre
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de sus malevos y el Picaflor.
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Se fue el arrabal
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con toda su ley.
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Su historia es, tal vez
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la cruz del puñal.
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Se fue el arrabal
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que hablaba de amor
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y aquel taconear
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también se perdió.
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¿Quién no sintió
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la emoción del taconear
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y el ardor
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que provoca el bandoneón
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al llorar?
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tango brujo de arrabal,
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triste son que se agita en el misal
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de un querer
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y en la lírica pasión
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del matón.
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Notas que muerden las carnes
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con su motivo sensual
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al volcar la pasiónn
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que llevamos, tal vez, muy adentro,
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en lo más hondo del corazón.
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