Escuela de Tango Danza "DISCEPOLIN"

por Néstor Pinsón

Contrabajista
(1899 - 21 de agosto de 1925)
Nombre completo: Ruperto Leopoldo Thompson
Apodo: El Negro

  
La aparición del contrabajo en los conjuntos, significó la cima rítmica, el instrumento imprescindible para marcar el compás del tango. Llegó para no irse nunca más. Y, como en muchas otras ocurrencias que tuvo en los años siguientes, Francisco Canaro tuvo que ver, aunque posiblemente en partes iguales con Roberto Firpo.

Cuando ambos juntaron y extendieron sus orquestas para los carnavales realizados en Rosario, para conseguir un mejor sonido -aún no existían los micrófonos-, presentaron la novedad del contrabajo, en las manos del "Negro Thompson", quien ya había intervenido en varios registros discográficos con Firpo.

Hubo otros antes que él, pero fue el suyo el nombre que trascendió y se hizo costumbre, por su presencia en las formaciones de la época. Se destacó además, en la creación de ciertos recursos que aún hoy se utilizan, valga el ejemplo del "efecto canyengue", aquel sonido que se obtiene golpeando el cordaje con el arco o bien con la palma de la mano. Asimismo, solía reforzar el ritmo, percutiendo solamente la caja del contrabajo y, en otras ocasiones, caja y cordaje.

Los inicios de Thompson fueron como guitarrista, junto a Eduardo Arolas, en el almacén "La buseca", en la esquina de Montes de Oca y Saavedra y, más tarde, en el café "La Turca", de Necochea y Pinzón. Formó parte del Cuarteto Criollo La Armonía, junto a Carlos Macchi en flauta, José Bonano en violín y Manuel Firpo en bandoneón. Quedaron los testimonios de algunas grabaciones.

Ya en el contrabajo, en 1918, antes de su mencionada participación en la orquesta Firpo-Canaro, participó en un cuarteto junto a Arolas, De Caro y Cobián. En 1919, en un sexteto dirigido por Arolas. En 1920, en un cuarteto a cargo del bandoneonista Eduardo Bianco. En 1922 en un sexteto conducido por Osvaldo Fresedo y, en 1923, en otro conducido por Juan Carlos Cobián.

También, fue el primer contrabajista de la coyuntural formación de Julio De Caro. La historia fue breve. Apareció, dejó lo suyo y partió de la vida. Cuentan que fue actuando con el maestro en el Ciro’s Club, cuando sufrió un problema hepático agudo, quizás una pancreatitis, a causa de la ingestión brusca de una bebida helada.

En el sexteto de De Caro fue reemplazado primero por Hugo Baralis (padre), muy pronto por Enrique Krauss y éste por Olindo Sinibaldi.

Fue un músico inquieto pero como compositor nos dejó poco. Recordemos algunos títulos, los tangos "El consultorio", "Tren de farra", "Mano brava", "Buen viaje" y "Pierna 'e palo".


Fuente: Todo Tango

 

atrás
indice
adelante
Atrás
Indice
Adelante